Los júniors pusieron las tablas y los cadetes llevaron el delirio a la numerosa afición, superior al millar de personas, que se acercó para vivir, y disfrutar a lo grande, del cierre de un campeonato que en la jornada precedente ya había confirmado a España como primera potencia mundial de base. Cinco títulos de seis posibles en Open dan fe de ello junto a los dos oros de la última jornada, en la que también hubo pleno en la competición oficiosa sub 10 (benjamín) y otro oro en la sub 12 (alevín).
La desbordante alegría hizo que todo el equipo español se uniera en una piña, satisfacción trasladada a la posterior entrega de premios en la pista central, en la que los flamantes campeones mundiales de menores no dudaron en hacer el pasillo de honor a sus grandes rivales, Argentina. Ambos equipos masculinos se hermanaron en un cántico al unísono (“España y Argentina, un sólo corazón”) durante una entrega de trofeos en la que México se llevó el bronce en chicas y Canadá en chicos ante la presencia, entre otras autoridades, del director general de Planificación y Promoción Deportiva de la Junta de Andalucía; Ignacio Rodríguez Marín; el presidente de la Federación Internacional de Pádel, Adilson Dollagnol; el titular de la Española, Miguel Medina; el de la Andaluza; José Luis Canorea; el vicegerente del Instituto Municipal de Deportes del Ayuntamiento de Sevilla, José Luis Pérez Arteaga; y el director del Torneo, Juan Pedro Gómez-Torga.
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