En un duelo de ‘cañoneros’ se impuso la ilógica del menos fuerte. Y ese, pese a su gran calidad y a un juego que se adapta muy bien a estas pistas, era Iván Navarro. El alicantino fue el que menos erró en los momentos clave, esto es, en un ‘tie break’ del tercer set en el que ambos dispusieron de tres bolas de partido y sólo Navarro, a la tercera, supo aprovechar. El resto casi no existió. Fue un partido soporífero por momentos, sin apenas intercambios, en el que primaba el saque sobre cualquier otra cosa, pero sólo por el que el emocionante y espectacular final mereció la pena.
La primera manga fue terriblemente igualada, sin cesiones de servicio, sin ni siquiera puntos de ‘break’, con poquísimos puntos al resto, los servicios se impusieron en todo momento, como por otra parte era de esperar. Tan sólo les separó a ambos dos ‘mini breaks’ en el ‘tie break’, cuando Navarro sacaba con segundo servicio, algo de lo que supo sacar el máximo partido un tenista de la experiencia de Norman para hacerse con esta manga por 7-6 (4).
Hubo que esperar al cuarto juego de la segunda manga para ver algo de igualdad o más bien los errores con su saque de uno de los contendientes, en este caso, Norman. El belga cometió una doble falta, sacó casi siempre con segundo servicio y cometió varios errores no forzados… y aún estuvo a un paso de apuntarse el juego, pero a la cuarta bola de ‘break’, Navarro obró el milagro y rompió el saque de su adversario. Fue suficiente para igualar el partido aunque antes tuvo que sufrir, como casi siempre, para lograrlo. Norman se dejó ir y esperó al momento clave del set, con 5-3 en contra y saque de Navarro para cerrar la manga. Ahí, cuando más presión soportaba el alicantino, apretó los dientes y se sacó dos buenos restos que complicaron el juego a Navarro y con él, un set que parecía cantado, pero de nuevo el
servicio resultó clave, el levantino hizo tres buenos primeros y finiquitó la segunda manga (6-3).
Con Navarro golpeado físicamente y Norman manteniéndolo a raya con su
saque, el alicantino apeló a lo de siempre, a sufrir, a la épica, a agarrarse a la pista y a luchar cada pelota. Todo parecía en su contra, su rival solventaba sus saques sin contratiempos y no le daba opciones, tuvo varias bolas de ‘break’ en contra, especialmente dos con 3-4 abajo que podían haber decidido el partido, tanto en el set como en la muerte súbita fue siempre a remolque… pero ahí funcionó como casi siempre dos cosas: su servicio y la fe en la victoria.
Así se llegó al final más emocionante que se recuerda. Aun ‘tie break’ que, al igual que el partido, Iván Navarro comenzó con el marcador en desventaja, con un ‘mini break’ siempre en contra y con la mala fortuna de errar cada vez que era capaz de cazar a su rival. Pero todo cambió a partir del 6-6, cuando tras salvar su primera bola de partido se vino arriba. Aún tendría que hacerlo con dos más, pero la tónica había cambiado, el Norman seguro ahora erraba siempre los primeros servicios, no conectaba sus habituales ‘aces’, cometía dobles faltas y fallaba bolas fáciles a media pista como una que le pudo dar el partido y que dejó escapar. Navarro salió vivo y a su tercera oportunidad conectó el ‘smash’ ganador que le hacía campeón de la edición 2008 del torneo.
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